“y entonces, les digo, sigan preguntando, y recibirán lo quepiden. Sique buscando, y lo encontrarás. Siguellamando, y la puerta se te abrirá" LUCAS 11:9 NTV.

“Sissy, sé a qué universidad debes ir", comenzó mi padre mientras yo de quinto grado me tumbaba en el sofá, resolviendo el rompecabezas en la edición más reciente de la revista Resúmenesque acababa de recibir por correo. Distraída, respondí con un simple " ¿Oh sí?"

Mi padre continuaba diciéndome que la universidad que había visitado esa mañana en su ruta de entrega diaria para su trabajo lo había dejado sin palabras al presenciar la actitud cristiana de los estudiantes, la belleza del campus y la abrumadora presencia del Espíritu Santo. Me dijo que tan pronto como pisó las instalaciones del campus, sabía que era el lugar para mí y oró esa mañana para que cada uno de sus hijos pudiera asistir, cuando llegara el momento. Ese lugar era la Universidad de Asbury en Wilmore, Kentucky, una de las universidades cristianas más prestigiosas de Estados Unidos. Que mi padre incluso sugiriera que esta sería la escuela para mí estaba fuera de carácter y fuera del presupuesto; sin embargo, ¡conocemos a un gran Dios al que le encanta hacer lo imposible!

Al recordar esta experiencia, me relaciono con la "Mujer sirofenicia. "Solo puedo imaginar la fe que tenía que ser lo suficientemente fuerte como para ir directamente la Mesías, pidiéndole un milagro para su hijo. Si hubiera sido una mujer judía, se la habría considerado audaz por venir a los pies del Maestro y dar tal petición, pero el hecho de que fuera gentil hizo que toda la prueba fuera mucho más significativa. Era una forastera sin acceso legítimo.

Los plazos para las solicitudes iban y venían. ¡Pronto recibí una carta por correo que me dejaba saber de mi aceptación! Esto por sí solo fue una gran bendición que no se tomó a la ligera.Mi familia y yo nos tomamos de la mano y agradecimos a Dios por su continua fidelidad. Tan contentos como estábamos por la carta de aceptación, quedaba una punzada de preocupación en el fondo de mi mente con respecto a la factura que seguramente vendría con mi admisión. A pesar de las preocupaciones, de ninguna manera fue una sorpresa cuando Dios salió adelante de una manera que solo Él podía. ¡Recibí una beca de matrícula completa que no solicité! Dios vino anosotros en una situación en la que, si no hubiera intervenido, no habríamos podido entretener pensamientos de mi asistencia.

De la misma forma en que Dios vino a través de la madre sirofenicia que vino a Jesús apelando por la sanidad de su hija. iA través de la oración y la persistencia, Jesús vio su gran fe y le dijo que su petición había sido concedida! Mateo 15:28 es mi parte favorita de esta historia, "¡su hiia fue sanada instantáneamente!" ¡Es cuando leo los últimos versículos de esta historia que puedo sentir casi tangiblemente la alegría de esta madre y el alivio de que sus oraciones sean respondidas! ¡Dios la transformó instantáneamente de una "forastera" al "acceso!"

Si desea poder hacer un estudio completo de la Sesión Tres, solicite una copia de SU HISTORIA: Redimida contactando Empowered Women's Ministry en empoweredwomen@pcg.org o 817.554.5900 ext. 371. Disponible también en pcg.org/resources o Amazon.

‍